A los 97 años, murió Carlitos Balá
Había sido internado anoche en el Sanatorio Güemes. Una enorme trayectoria que acompañó a generaciones de niños y niñas.
Referente de varias generaciones, que crecieron de la mano de su humor, el comediante Carlos Balá, quien había sido internado ayer de urgencia, falleció a los 97 años, según confirmó su nieta, Laura Gelfi.
“Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, afirmó la nieta en declaraciones formuladas a Teleshow, en las que precisó que el fallecimiento se produjo anoche.
El artista estaba internado desde ayer en el Sanatorio Güemes y falleció a las 21,30 de acuerdo con la información que dio su nieta.
“Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación”, contaba anoche a prensa la su representante Maximiliano Marbuk.
Su trayectoria
Actor, comediante, humorista, músico, Carlitos Balá -cuyo nombre real era Carlos Salim Balaá Boglich- había sido internado ayer de urgencia en el Sanatorio Güemes, de la ciudad de Buenos Aires, tras haber sufrido una descompensación.
Había nacido el 13 de agosto y pasado a la fama con el mítico “Show de Carlitos Balá”, un emblema de la infancia para muchas generaciones, que se presentó en el teatro y en la televisión durante años.
Justo en esa fecha, hace poco más de un mes, cuando cumplió los 97 años fue homenajeado en la terminal de la línea de colectivos 39 por la empresa de transporte.
Desde ese día, la obra “Carlitos Balá Iluminado” se encuentra en la esquina de Jorge Newery y Guevara para recordar que el artista dio sus primeros shows callejeros en las unidades de esa línea de colectivos.
“Aquí llegó Balá”, “qué gusto tiene la sal”, el “gestito de idea”, son apenas algunas de las frases de sus shows que quedaron sellladas en la historia y fueron una marca registrada de su identidad.
El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, el 2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña.
A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel, y fue declarado “Embajador de Paz” en el Vaticano.
“Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando ésta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: ‘Así terminamos todos‘, había asegurado Carlitos Balá antes del homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados.