La Boca: impulsan un homenaje al Conventillo de Nelly, espacio cultural en una casa del siglo XIX
La antigua construcción en la Avenida Suarez 557 es hogar de la sexta generación de inmigrantes genoveses.
La legisladora porteña Claudia Neira (Frente de Todos) presentó un proyecto para declarar Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, al Centro Cultural el “Conventillo de Nelly”, sito en la Avenida Suarez 557 en el barrio de La Boca (Comuna 4).
Este espacio cultural está montado en una una casa construida en 1887 por una familia de inmigrantes italianos que se dedicaban a la carbonería. “El Conventillo sigue manteniendo su espíritu familiar ya que, es hogar de la sexta generación de aquellos inmigrantes genoveses que vinieron con la esperanza de un futuro mejor. Los dueños del “Conventillo de Nelly” se propusieron preservar esta rica historia, conservando aquellos espacios originales, reviviendo tradiciones y costumbres que fueron expresión de la cultura popular y difundiendo la historia del barrio, para permitir que cada visitante se sumerja en este pequeño pasaje de la historia de nuestra Ciudad”, fundamenta el proyecto.
“Actualmente en el conventillo se realizan visitas guiadas, en donde se busca ofrecer al visitante una experiencia única recorriendo el Conventillo y sus habitaciones, escuchando enriquecedoras historias de la familia, del barrio y así imaginar cómo vivían y se relacionaban aquellos inmigrantes del 1900; y actividades culturales como la obra de teatro “Un beso en la Boca” cuya historia transcurre en un conventillo y cuenta la vida de aquellos inmigrantes recién llegados a la Argentina y que establecieron en el barrio”, se agrega.
Sobre la historia del lugar: “Se convirtió en un refugio acogedor para los familiares que llegaron con la gran oleada de inmigrantes italianos a finales del siglo XIX. La familia traía el carbón de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, con dos barcos carboneros, y desde el puerto de La Boca del Riachuelo, era distribuido a la ciudad. El carbón era el único recurso que poseían los pobladores en ese entonces para cocinar y dar calefacción a sus viviendas. A lo largo de los años, el Conventillo ha sido testigo y escenario de innumerables celebraciones y eventos, desde bodas hasta el fomento de la educación y el trabajo de sus residentes, así como festividades compartidas como las celebraciones de fin de año, los carnavales y la Navidad”.
“Uno de los vínculos más notables de esta familia, fue el famoso pintor argentino Don Benito Quinquela Martin, quien dio sus primeros trazos artísticos en la humilde carbonería, donde sus obras cobraban vida en hojas de papel de estraza (un papel rústico utilizado por los almaceneros de la época para envolver los productos sueltos que vendían) y utilizando carbón con una técnica conocida como carbonilla. Esta construcción, si bien ha sufrido intervenciones edilicias que alteraron su carácter, aún conserva sectores originales que se encuentran en perfecto estado de conservación y ambientados con muebles y recuerdos de la época, características que la convierten en una suerte de museo viviente del barrio de La Boca”, resalta el proyecto de Neira.