Feria Ciruja: de las escaleras del Abasto al evento de coleccionismo más grande del país
La Feria Ciruja es el evento de coleccionismo más convocante de la actualidad, con una edición mensual que se celebra en el complejo Art Media del barrio de Chacarita. Más de un centenar de puesteros riegan el lugar con figuras de acción, libros y tantos otros objetos de culto para decenas de miles de seguidores de esta cultura en auge.
De los muñequitos del Todo x $2 a estatuas con décadas de antigüedad, de figuritas del Mundial a VHS, casettes o incontables miniaturas con distintas versiones de Darth Vader, Superman o algún otro ídolo de la iconografía popular.
Todo comenzó hace casi una década en el Abasto. Una vez por semana, vendedores y compradores se reunían en las escalinatas del shopping, del lado de Anchorena y Carlos Gardel.
Allí concretaban operaciones que habían comenzado en redes sociales. Feria Ciruja cuenta con un grupo privado en Facebook con decenas de miles de miembros que acuerdan intercambios. La palabra mágica es “Mío”. Cuando un usuario sube una foto con un producto, quien está interesado en adquirirlo la escribe para reservarlo. El cara a cara cierra la operatoria.
El nombre “Ciruja” alude a que en sus comienzos la feria servía para poner a circular figuras de acción y otros elementos coleccionables a precios razonables, una idea de fomentar la actividad. Si bien esto sigue latente, hoy es posible encontrar objetos de todas las gamas.
El boca en boca, la dinámica y otras tantas cuestiones hicieron que la feria creciera en renombre, público, diversidad.
A la juntada semanal se le sumó un evento mensual, con puestos fijos además del espacio G104 para que se encontraran los vendedores y compradores.
Una de las primeras locaciones elegidas fue dicho espacio G104 del barrio de Almagro, en Gascón y la vía, a muy pocas cuadras de las escaleras del Abasto donde todo comenzó.
Al tiempo este espacio les quedó chico, pese a las enormes dimensiones de la locación almagrense.
Así, los encuentros semanales del Abasto cesaron y dieron lugar a la cita final de todos los meses. Luego de una serie de nuevas sedes –entre ellas el Micro Estadio de Argentinos Juniors– llegaron al complejo Art Media de Chacarita, el actual espacio de los eventos mensuales.
Con más de una cuadra de cola que se arma en la previa del inicio y preventas agotadas, por dentro la feria asoma como un laberinto lleno de piezas de museo y reliquias de la nostalgia.
Del álbum de figuritas de Chiquititas a los He Man hechos en Argentina por Top Toys en los años ochenta, de los muñecos de los chocolatines Jack de Titanes en el Ring a completar todos los colores de los Power Rangers.
Lo que para uno es una chuchería, para otro es el Grial que le falta para completar su colección. Hay quienes miran los muñecos en los puestos y evocan tramos de su infancia, quienes los ven por primera vez ahora o aquellos sibaritas obsesionados por alguna franquicia en particular.
El coleccionismo tiene mil y un reglas no escritas, saberes que se transmiten de forma oral como relatos ancestrales. Hay mañas, rebusques e insistidores, como en todo mercado de pulgas o reducto con mística.
En el medio, aparece la camaradería, los rostros conocidos que se cruzan mes a mes, primero como charlas tímidas y luego como extensos intercambios de saberes y pareceres.
Feria Ciruja en este punto se muestra también como un fenómeno cultural, un punto de encuentro de una actividad en auge que se muestra transversal en edades, bolsillos y preferencias. Coleccionar es una pasión que gracias a estas iniciativas encuentra su camino y une a las personas.